viernes, 14 de agosto de 2009

Madrugada del 15 de Agosto, Virgen de Gracia, Archidona



Camino oscuro,olor a pino;noche de bullicio y fiesta; gente joven que llenan de risas y alboroto, en idas y venidas, las charlas de familia; saludos de conocidos y pensamientos rotos de caminantes solitarios, de miradas perdidas, de miradas cruzadas,de recuerdos vacíos, de promesas cumplidas; pasos largos y pasos cortos.

Ay! que no puedo!. Ay! que estoy llegando!

Fe , fiesta y tradición.
Risas , rezos y lágrimas con copas y chocolate caliente.
Abrazos y guiños de la gente.

Noche,madrugada y alba.
24 horas para zambullirse en la vida desde los 0 a los 90 años. Si los papás te llevan o los biznietos te acompañan y tus pies y tu alma tienen ganas y fuerzas; entonces sigues pensando en volver el año próximo y te quejas de las veces que por circunstancias, por desidia o por ganas, te perdiste una ,como está, de tantas madrugadas.
Terminarás frío y cansado; con sueño, con hambre; dolorido y sobre todo con las pilas cargadas.
Con los besos,los saludos , los piropos, los amigos y conocidos, los recuerdos de los que no están ,los vueltos a encontrar, las risas juveniles, las familias enteras caminando hacia el final; todos con alegría y buena voluntad.

Bendita fiesta.

Cómo ha cambiado el camino y sin embargo cuando estás dentro todo es igual, los años van cayendo en cada caminante hasta que deja de estar pero el camino va lleno de los que están y los que no están porque allí todos nos volvemos a encontrar, unas veces en los recuerdos y otras en la realidad .

Hoy será unos de esos días que recordaré por no haber ido, físicamente, porque la realidad es que estoy allí de la forma más maravillosa que lo puedo hacer, con mis mejores recuerdos y mis mayores deseos, con todo el amor por los que van y todo el amor por los que ya no volverán.



Nunca dejaré de hacer ese camino. Por la mañana o por la tarde, en silencio o con ruido.
Cada cuesta y cada curva , cada flor y cada pino, cada piedra y cada ruido es como una ducha de agua tibia al final de un duro día que te limpia y te restablece del duro hastío.
Te libera y te da alas para seguir tu destino, Al final la recompensa de un ratito de retiro, en el fresco ,silencioso y pequeño santuario, coges aliento, sales y desde arriba ves pequeñito el pueblo y de vuelta al camino, cuesta abajo es más fácil y ahora ya hueles los pinos.