Sin meta y sin retorno

Sin meta y sin retorno, así es el camino en que me encuentro;
cruzo los dedos y espero que llegue un nuevo día,
cierro los ojos con la ilusión de despertar con un nuevo sueño.
Y así van pasando los días, sin pausa y sin descanso,
con las mismas pocas ganas y con los mismos callos,
donde se atascan los pensamientos, los deberes, los sinsabores,
los quereres, los malos humores, las lágrimas que no salen,
los gritos callados de la noche y las llaves de los cajones.
Pero aún faltándome las ganas pongo empeño
en seguir por un camino que no lleva a ninguna meta.
Y al mirar atrás... que lejos está donde no se puede volver
Y al mirar hacia delante que negro está el futuro.
Solo queda el presente en el que poner ganas,
pero eso no basta.
Cada día es más gruesa la tela de araña que te atrapa.
Ríes y lloras a ratos, te zafas como puedes de los malos ratos
y a empujones vas llegando a los sábados
para darle alegría a los desengaños.
Atrapo fuerte los días con la intención de un trato:
si las cosas mejoran, dejo de pensar un rato.