viernes, 16 de agosto de 2013

Charcos de fatiga

Los días pasan y el sentimiento duerme las horas que el trabajo duro le deja.
Sin tiempo para sentir más que el sueño, el hambre o el cansancio,
se pasa la vida entre charcos de fatiga y falta de minutos para el silencio.
Esperas un mañana más productivo o más tranquilo.
Amanece.
Pero el mañana no llega ni aunque sea domingo.
Te sientas frente a la ventana y no ves nada,
escuchas y no oyes ni un mal ruido,
No hay pasado al que regresar ni horizonte perdido.
al fin serán felices los que te atraparon
en una madeja sin hilos.
A veces sueñas con luchar pero te faltan cuchillos,
Otras quieres llorar pero ya no eres un niño.
Y entonces pataleas en los charcos de fatiga
llenando de ruido los minutos que esperan
un mañana lleno de silencios productivos.

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