viernes, 13 de febrero de 2015

Esas cositas que te sacan de quicio, con las que podemos o no podemos.



Hay cosas que me suben la tensión y me sacan de mis casillas:
Una de ellas es ver gente que habla con total convencimiento de ideas, actitudes,
formas de vida o hacer las cosas que van totalmente en contra y en detrimento de su propia vida.
No se puede defender a la Patronal y sus acuerdos cuando eso te recorta el sueldo o cambia las condiciones de tu contrato hasta hacerlo desaparecer.

Otra es ver gente que tiene animales para maltratarlos y normalmente no me dan tanto asco las cacas de los perros como la gente que las deja en medio de las aceras.

La penúltima son los programas de cotilleo futbolístico, hablar de deportes, no lo llevan  muy bien, es más, yo diría que no existe más que uno. Por eso solo hablan de los futbolistas el dinero que se mueve en su mundo y lo bien que se lo pasan, ya sea de fiestas, con sus chicas o con sus retoños.
  Todavía   no he visto una noticia de los tirones, desgarros musculares o heridas que sufren otros trabajadores en el desempeño de sus labores profesionales, ni los problemas de multas por aparcamiento u otras circunstancias normales de la vida de otros profesionales y no tan bien remunerados.

Y la que peor de todas llevo es  ver los a políticos en la televisión  .
Ya da igual que partido sea, el tema o el lugar, siempre es lo mismo.
Un debate en cualquier cadena, un debate en el congreso, una entrevista personal, un discurso electoral;  todos acaban igual, nadie expone las soluciones a los problemas reales (será por miedo a que se los copien? ), ninguno propone unión para llegar a acuerdos provechosos, ninguno muestra realmente sus propuestas (quizás porque no las tienen). Al final solo tenemos un grandísimo ventilador delante de un montón de mierda que reparte a diestro y siniestro a sus oponentes.
Lo único que dejan claro es que todos están obstinados y empeñados en llegar arriba.
Y quien quiere creerse que es para solucionar el problema del paro, la corrupción, la falta de cultura, el empobrecimiento de los trabajadores, la perdida de derechos sociales y personales y aquello   a lo
 que no prestamos bastante atención, por ser natural,  la medicina pública y gratuita de la mejor calidad en toda Europa.

Se han perdido todos en un juego de poder cuyo único fin es ser el primero de la lista para entrar en la olla, una vez allí y formar parte del caldo se dejaran llevar en la dirección que les marque el cazo , ese que reparte solo para unos pocos mientras que los que le llevaron allí, ya solo servirán para arrimar leña al fuego o ser usados como carburante.

En un pueblo, en la ciudad, el la región o en el país , solo cambia la escala, el resto es como mirar un  holograma, todo es un calco, repetido y tridimensional de la misma imagen.

jueves, 12 de febrero de 2015

El miedo


Eso que nos da risa,
 histérica  o nerviosa, cómica, cínica.
 El miedo insulso
,pequeño, intruso, increíble, obtuso.

 Ese que siente el niño por las sombras,
la mujer a los insultos,
el joven a los abusos.
Ese que siento yo cuando me mira una cucaracha,
Araña 
el que sientes tú a los anfibios.

Ese miedo al que dirán,
a la falta de salud,
al ya no tengo más,
a la hora que es y no llega,
al que me van a atropellar.

Ese miedo irrisorio que no es mio,
que no me llega,
que te encoje el alma.
 Que risa da.

Ese que no deja crecer a otro,
que le come las entrañas,
que le calla las ideas,
que le mata el alma,
que no le deja comer ni caminar.

Ese miedo que parece pequeño,
a las hormigas o las arañas.
Ese que nos puede matar
 y que cuando es de otro,
Noche oscura
la risa que nos da.

Brutal arma de destrucción masiva
que acabamos por obviar.
Pueblos y pueblos sometidos
sin guerra por declarar,
Ese que no queremos ver,
por el que miramos a otro lado,
o somos compasivos.
Ese que no queremos tener,
nos da miedo de verdad.

Porque mata desde dentro,
aniquila el sentimiento
y el pensamiento.
Corta la respiración y
se come el sistema inmunitario
mientras te da la risa tonta
o te canta una canción.



lunes, 2 de febrero de 2015

Prefiero callar

Podría engañarme y contarte una película,
 decirte que... algunas veces,
 me acuerdo de un momento concreto,
 de un  lugar o una frase,
 de una foto perdida en el recuerdo.

Se me da mal mentir, prefiero callar.

Todos los días y muchos momentos
 me gustaría compartirlos contigo.
 El viento en la cara,
el dulce sol de las mañanas de invierno,
tantas y tantas canciones, músicas del mundo,
 conferencias y discusiones.
Ese cafelito dulce y amargo.
Ese roce de tu mano en mi pelo.

Posiblemente tu esperas lo que yo espero.

No sé cuándo, no sé cómo.
Creo que se acaba el tiempo.

Pasaron las horas y los sueños.
Los enredos de mis rizos en tus dedos
atrás se quedaron.
Los miedos perdidos con los besos
en un cajón guardados.

El cielo rojo, de tantos atardeceres de invierno,
te lo vendo.
Sólo quiero a cambio...
uno, el más tierno, de tus besos.