viernes, 30 de octubre de 2015

La viña que yo quiero.

Hoy estoy soñando con plantar un viñedo.
ya tengo el lugar pero no tengo dinero.
Ay! que no sé si esto es malo o bueno.

Empinado el camino y una casa de piedra,
tierra seca que mira al mar.
Propiedad de un marinero.

Si me ayudas, seguro que podemos.
Ay! que no sé si esto es malo o bueno.

Hay un pozo y hay luz
y las ganas que tenemos.
Dime que si y lo hacemos.

La moscatel de mis abuelos,
hacemos pasas o hacemos vino.
Ya lo iremos viendo.

Me gusta soñar con los ojos abiertos.
Ay que no sé, si esto, es malo o bueno.

martes, 6 de octubre de 2015

LAS MORAS Y SANTILLAN. 5/10/2015

Hoy he comido moras, la verdad no tenían mucho sabor pero me dejaron un regusto que me trajo extraños recuerdos.
Moras




La primera vez que las comí sería muy pequeña, sólo recuerdo un enorme moral y algunos de mis tíos y tías por las ramas cogiendo moras y yo, una mocosa, con  las manos  y la boca manchadas, que no paraba de comer. Entonces mi tía Luisa dijo: la mancha de la mora con otra verde se quita.
 Creo que era en El Perdio, cerca de  Santillán.






El segundo recuerdo es de cuando un poquito más mayor me dio por criar gusanos de seda. Las moras de hoy sólo me han traído el gusto intenso que me producían el olor de las hojas verdes del moral , cuando alguien que no recuerdo , las traía en una bolsa a petición de mi madre. 




Aquellos gordísimos gusanos vivían en una caja de zapatos en el almacén de las bebidas de las RRR.







Gusanos de seda y sus capullos.

















Y el último de mis recuerdos es un día que fui a comer con Salva al Chanquete,  en la playa de 
El Palo. Tendría yo unos 24 años y recuerdo que compramos una ración, envuelta en hojas de moral, me las comí en la playa y estaban maduras y exquisitas.

Después las he comido muchas veces, pero ya nunca me han sabido igual, serán los envases de plástico o que las riegan en exceso.
Cuanto hemos perdido con tanta productividad!.

sábado, 3 de octubre de 2015

Por donde pasó el tiempo. 1/10/2015.



Una obsesión vestida de recuerdo,
un silencio en el pecho.
El olvido que hiere los besos
más fríos que el hielo.

La nieve de tu pelo y mi pelo,
como el vaho en invierno,
van diciendo por donde pasó el tiempo.

Tus manos se quedaron mis sentimientos
y tu voz anduvo rompiéndome sueños.
Cristales rotos de pecados muertos
destrozaron mis pies cautelosos.

Y en el tiempo que va del verano al invierno
va y viene un nombre al recuerdo.
Se repite, se repite, se repite
y se agota hasta caer muerto.

Se enreda tu voz en mi pelo
y se hacen nudos de silencio,
que corto malhumorada y sin desprecio.
Así me voy cojeando
por otras historias y otros cuentos,
pensando por donde andarán los besos.

viernes, 2 de octubre de 2015

Sin nombre 29/9/2015



Te escribo sin nombres
y te escucho en el viento,
el mar no está muerto
solo en silencio.
Atardecer con Málaga al fondo

Y si no existes más
 que en mi retorcido pensamiento,
el "te quiero" es más fuerte
y más imperioso el deseo,
adhiriéndose a la piel un sentimiento
para el que no hay olvido.

De puntillas corres por mis sueños
enredando tus dedos en mi pelo
y me despierta una voz,
un olor y un beso;
reconocidos y familiares
como mis propios huesos
que me duelen en el pecho
como helado viento.