Hay veces que es largo el verano
y otras más largo el invierno.
Cuantas veces se pasa el tiempo
sin futuro ni recuerdos.
Horas que pasan volando
minutos que se hacen eternos.
Relojes callados y muertos
olvidando desencuentros.
Memorias en un papel,
pintado de deseos inciertos,
de lo que pudo o no pudo ser.
Y aunque lo llenes de sueños
ves el tiempo correr
en un concierto sin silencios.
Notas altisonantes, sin ritmo.
La melodía se fue perdiendo
en el olvido.
Y miras el reloj sin ver
lo que el tiempo ha traído.
Tantos días de sol
en charcos diluidos,
por no encontrar los colores
qué le pusieran sentido.
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