martes, 23 de junio de 2020

La desidia nos aprieta tras perder el interés, consecuencia del-19

El COVID-19 también nos mata por desidia, cansados de poner tanto interés

por conocer datos y más datos.


Estabamos todos inmersos en un torbellino de vida hasta que llegó Covid-19.
Al principio todo fue  atención a lo que estaba pasando, mucho interés por conocer
la información que nos estaban dando.
Después nos invadió el miedo y según qué casos , el pánico.
 Todos en casa.Confinamiento, fin de trayecto. Sin morir pero como  muertos.
Sin aire libre, sin relaciones, sin libertad, sin entretenimiento. 
Te han comido la moral, el estómago revuelto.

Y entonces comenzaron las etapas por las que fuimos pasando:


1 Etapa pulcra
Todos como locos limpiando la casa, vaciando armarios,ordenando cajones. Liberando
altillos, cambiando decoraciones.
Mangas de mar en casa para evitar discusiones. Hasta que poco a poco fueron 
cambiando los intereses y nos volvimos panaderos.

2 Etapa del ahora me cuido.
Ya no somos niños, tanto pan, tanta buena receta, tanto libro. Ahora estamos
engordando. Mucha siesta y mucho  cariño. 
Llegó la hora de pasar del pijama al chándal y a hacer ejercicio.
Que cansancio, más hambre y menos pérdida de peso. Agobio.

3 Etapa del desaliño.
Cansados de comer mucho, agotados de mirar por la ventana, para que me voy a vestir?
Tirado en el sofá como un bicho. LLegó el desaliño.
Ya no me arreglo, ya no me visto, ya no leo libros. La tele por inercia y el baño 
con descuido.

4 Etapa de la desidia.
Ya podemos salir, ya no tenemos miedo. No pasará nada si extremamos el aseo.
Y ahora con esta desidia quién sale a la calle? Ya hace calor y no estamos morenos.
Es una negligencia irse al bar con tantos enfermos.
En cualquier descuido me agarro el veneno. Y ahora me faltan las ganas 
de ser como era.





Ya nada tiene sentido si me cuido o no me cuido, si me arreglo o desaliño.
Han llegado las fases del 0 al 3 para sin salir , ir saliendo. Y ya todos como locos
sin barbijo y sin sombrero no nos acordamos de que el muerto lo llevamos dentro a
la vuelta de un puchero.
Con más o menos interés y con más o menos miedo olvidamos por descuido lo que
no queremos. Por eso hay que moverse, salir de esta desidia.



 Ahora nos toca volver por este camino estrecho a lo que fuimos ayer, hombres y
mujeres sin miedo. No olvidar cuidarnos y extremar el aseo. Las relaciones sociales
con distancia de por medio.
y tiramos los besos al aire para jugar a recogerlos que hay que subir el ánimo
y no a base de conciertos.