Las almas son como los niños,
para aprender siempre saltan y juegan
esperando sus juguetes de entrenamiento.
Buscan los que rompieron y perdieron.
Sueñan y desean los que vendrán.
Lo que realmente necesitamos aprender es a vivir aquí y ahora.
El pasado no aporta más que sufrimiento y el futuro solo
nos trae ansiedad.
En este momento, sólo es importante este momento.
No es importante que hicimos ayer, ni a quién,
no es importante que tendremos que hacer o haremos mañana.
Lo de ayer ya no tiene remedio y lo de mañana es totalmente incierto
¿Quién sabe de qué color estará el cielo mañana?