2ª Noche ( fragmento de La casa de los Cristales) mi primera novela, sin editar y sin terminar.

Cuando Virginia salió del baño, Esteban estaba en la cocina calentando algo. Ya había encendido la chimenea. De pronto Virginia olió algo extraño.

- ¿ A qué huele? Parece quemado.
- Mira, no es quemado, más bien tostado, mira lo que he encontrado, un paquete de café y no estaba empezado, más latas de espárragos y dos de pescado.
Hoy ya tenemos cena y mañana, mucho trabajo.
- Pero.. ¿dónde has ido? si yo no he tardado nada en ducharme y no he sentido la puerta.
- He dado una vuelta con Silvestre (el perro) siempre vamos explorando, como todo está vacío cada día entro en una casa nueva, nunca me lo llevo todo, siempre es posible que llegue alguien
 detrás de mi o que yo lo necesite más adelante.
Hoy te dejo explorar mi casa mientras.
  yo me ducho y puedes poner la mesa que está cerca de la chimenea. Tomaremos café y así podremos estar despiertos un rato, quiero charlar contigo sobre todo lo que hemos visto hoy.

 Virginia abrió y cerró puertas en la cocina, miró estantes y cajones. Cuando encontró todo lo necesario, puso la mesa y tuvo la tentación de entrar en el cuarto de Esteban, pero finalmente pensó que podría parecer un ataque a su intimidad y decidió mirar aquel cuarto que estaba con la puerta entreabierta.
-¡Oh!  Qué sorpresa

Aquello era un minicolmado con las estanterías llenas, había de todo: ropa, zapatos, mochilas, sacos de dormir, cuerdas, herramientas, mantas, toda clase de medicamentos, detergentes, semillas, muchas latas de comida,una gran caja con baterías y linternas, montones de libretas y bolígrafos. Cogió una y un lápiz y se fue al salón, se sentó a esperar a Esteban.

- Bueno ya estoy. ¿Comemos? ¡Ah veo que has estado explorando y eso de la libreta , ha sido una buena idea.
Te diré algunas cosas importantes que no quiero que olvides y sería bueno apuntarlo.
- Todo eso ¿ ya lo tenías antes o lo has ido recogiendo en tus exploraciones?
-Tenía algunas cosas pero lo demás lo he ido guardando en los últimos meses. El grupo de la ciudad tiene un gran almacén, es necesario porque no sabemos como vendrá el invierno y no podemos arriesgarnos a quedar más aislados, aún, y sin nada para comer.

Pusieron el café y un poco de pan que tenían en el horno, abrieron las latas de pescado y espárragos y Virginia empezó a contarle lo que había observado ese día.


2 comentarios:

  1. Me resulta interesante lo leído hasta ahora...te sigo y espero las próximas entregas. Saludos

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  2. Suena como una historia interesante. Gracias por compartir
    A la luz de amor

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