viernes, 3 de febrero de 2017

23/11/2016

Fríos los pies,
la mente clara.

Corren tortugas por las cuerdas
De oscuras madrugadas.
Y tú vienes y vas
como eslabones de una esclava
que da vueltas sin parar
en una muñeca cansada.

El vino, el nombre, el beso
de una historia truncada.
Brillos, lágrimas, matices
en la azul mirada
que cambia de dirección
cuando no ve nada.

No busca,
porque si busca, encuentra.
No habla,
prefiere pensar. Y calla.



Lo que el alma esconde
lo descubre una mirada.
Cuando un corazón late,
no miente. De amor canta


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