Orgulloso de sus espinas,
sin indagar en su belleza,
se olvidó de sus necesidades
y se escondió tras su fuerza.
Cuando pasó su tiempo,
casi sin darse cuenta,
llegó el viento del olvido,
y , de nada, valió su experiencia.

Cada cual había hecho su juicio
y huido de su dureza,
nadie quiso saber nunca:
¿para qué tanta belleza?.
¿Qué se oculta en el orgullo?.
¿Qué , en la delicadeza?.
Cada flor tiene su mundo,
y, cada cual:
un mundo...en la cabeza.
Hola es muy lindo, pero estoy con el tiempo muy justo pasaré en otros momentos para ver bien y disfrutar muchas gracias. {{*-*}}
ResponderEliminarGracias Teresa por tu comentario.E .compartos quepero que te guste lo
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