Hoy es el primero de mis cuatro días libres de Agosto.
A las diez de la mañana , el olor a café quemado de mi vecina , revuelto con el olor a papel de periódico me ha despertado del trance y entonces me dí cuenta de que mi café estaba medio en la taza y helado. Ufff... esta mañana ha sido genial.
Me desperté a las siete y media sin el ruido estrepitoso de la alarma de mi móvil y me salí a dar una vuelta con el perro y a comprar pan para el desayuno. Rocky me ha dado una alegría al hacer todas sus necesidades en la calle. Hora de volver a casa y mi llave no abre el portal, jooooo, vaya horas para esperar que salga o entre un vecino, menos mal que me quedo algo de chatarra para ir a buscar un teléfono público y llamar a casa, ya que mi porterillo no funciona hace un siglo.
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Este es Rocky, mi perro |
Ya un poco por despecho me tomé el café helado de mi taza y manos a la obra de limpiar la ventana de la cocina, genial ha quedado reluciente y yo hecha unos zorros porque me ha dado un tirón en la cintura, ahora no puedo moverme.
Pero no me rindo porque es mi día de descanso y pienso en darme lo que me merezco. A las doce y media me fui al supermecado y me compré el único super rodaballo de dos kilos y pico que había en la persicaria.
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El rodaballo |
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