lunes, 5 de noviembre de 2012

Vacaciones

Buenos días vacaciones.
Playa de Marbella.
Hoy quiero decirte que me he levantado, bueno que todavía estoy en la cama,y el sol luce, tímido entre las nubes pero alegre, iluminando este mi primer día de disfrute vacacional. Este año ha sido duro pero genial porque he sido una de las pocas personas afortunadas, en esta larga crisis, de tener un puesto de trabajo durante ocho meses. Todo un regalo para los tiempos que corren. Ahora se presenta un invierno frío y largo esperando que vuelva a llegar la primavera con otro contrato de trabajo. Las vacaciones, como tantas otras, las pasaré en casa, quizás vaya a visitar a mi madre o una amiga y pasar uno o dos días disfrutando de una charla y una comida que nos pongan al día de las últimas novedades que nos hemos perdido en este tiempo de prisas y visitas cortas, pasaré más tiempo escribiendo y leyendo, puede que también estudiando y poniendo en orden la casa, pero los viajes y el turismo habrá que dejarlo para tiempos mejores que sin duda llegarán.
Diamantes en la arena.
Eso si durante este parón obligatorio tendré mucho tiempo para ver las desastrosas consecuencias de que el sueldo de ocho meses no me haya dado para ahorrar nada y pasar cuatro o cinco meses tirando de imaginación para que salgan la cuentas no es un trabajo fácil, así cuando empiece la nueva temporada estaré más agotada que ahora que acabo de pasar una semana de 72 horas laborales. Pero si sé quien tendrá vacaciones de lujo, los banqueros y gobernantes a quienes no les afecta que le suban los impuestos, el Iva o el IRPF, los ricos cada vez más ricos y con más dinero en el extranjero a quienes tampoco les afecta y los hijos de su madre , la que sabe como estrujarnos, haciéndose pasar por la que quiere solucionarnos la vida, imponiendo los planes de ahorro y recorte para que salgamos de esta crisis. Y mientras los afortunados como yo, que tenemos un trabajo, aunque sea temporal, precario y mileurista, damos gracias al cielo por la subida del IVA, porque no nos llegue para pagar la luz ni el teléfono, porque la carne y los postres , el gel de baño o la lejía ya no estén al alcance de nuestros bolsillos, porque ir al cine sea una diversión que pasó a la historia y salir de copas algo así como; - ¿ en tu casa o en la mía? - Tu lleva el pan y yo compro el vino. _ Eso, y el tabaco que lo ponga tu amigo. Y además somos conscientes de que otros millones de personas no tiene ni siquiera una nómina de la que puedan subirle las retenciones de 300 a 450 euros de un mes para otro, ni en la que se refleje que sigue cobrando lo mismo que hace 10 años aunque el salario base esté más alto, haya subido el plus de transporte o haya trabajado más horas. Si somos conscientes pero no hacemos casi nada porque no nos dejan, el miedo que nos meten en el cuerpo se hace más grande que nuestro valor y esperamos que todo cambie sin nuestra aportación, no sea que mañana estemos en la misma situación y nos encontremos mirando al cielo y esperando el apoyo de los que no están .

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