¡Quién sabe dónde encontrar los besos perdidos?
Aquellos que quisieron darnos y no nos llegaron, aquellos que deseamos dar y no dimos?
Aquellos que flotaron en el aire y se llevó el viento?
Aquellos, aquellos esperados y no recibidos.
Cuanta falta nos hacen todos los besos en estos y en otros momentos, incluso en los que estamos
malhumorados y siniestros, incluso en los que no los queremos.
Pero seguro que están esperando el momento de estrellarse en nuestro deseo y en nuestro cuerpo.
Dejemos que nos lleguen todos los besos y nunca tendremos palabras para agradecerlos.
Todos son merecidos y todos son nuestros.
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