Sutil movimiento del sentimiento,
olor a tierra mojada y cielo cubierto.
Y al mirar por la ventana
no ves ni tierra, ni nada.
Has vuelto a caer en las redes
de la tela de araña.
Enfadado te sacudes el mal humor,
los recuerdos y la desgana.
Te vistes con el guardapolvo negro,
cerrando puertas y ventanas.
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La noche cerrada |
las tabernas cerradas,
arranca un motor viejo
y pateas una lata.
La noche, más clara que tú,
hace brillar tu cara.
Te enfadas con tanta luz
y arrebolas la mirada.
Ya tus pasos no son tú,
ya no es tuya la mirada,
algo apagó tu luz
y dejó sin alma tu alma.
Qué bonito, y es cierto que a veces, parece que algo apaga nuestra luz... Son momentos, y por desgracia, en el caminar, se suceden...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, casi pude darle una patada a la lata...
Saludos!
Gracias Clarisa, ya sabes como aprecio tus comentarios. Un abrazo.
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