ni te quedes en mis ojos sin mirarme.
No me cuentes lo que harías
si yo fuera tu mejor sueño cada día.
No, no lo hagas.
Porque mis heridas sin nombre
mi boca pronunciar no pueden.
Porque vuelan los colores
de atardeceres
que no mueren.
Porque los sueños compartidos
son mejores.
Porque hay algo que a mi corazón
le duele.
Si, es la ausencia de tu voz y tu mirada,
La falta de tu mano que me toca,
El calor de tu aliento en mi espalda,
esos dedos que no bajan ya mi falda,
esa ocurrencia loca que no mide consecuencia,
ni piensa si se equivoca,
como si las cosas se borraran
como se borran las notas.
No, no te quedes en mis ojos
sin mirarme,
ni, en pensamientos, me comas la boca
porque entonces me acaricia el aire
y mi alma se vuelve loca.
Te busco detrás de los árboles,
te huelo entre mis ropas,
siento tus manos tocarme
y como baila mi ropa.
Quizás los sueños vividos
no sean la mejor cosa,
se convierten en espinas
en los tallos de las rosas.
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