Dulce tierno,
más cálido que el sol de primavera
esperado y olvidado
duerme eterno en una estrella.
Tan húmedo y sensual
como una fresa en la boca.
Duro e hiriente
como heridas de una roca.
Hay un hueco en mi cuello
que lo siente
cuando el aire lo roza.
¿Dónde está ese beso perdido?
¿Ese que a mi me toca?
el que tu guardas con celo,
el que escondes en tu boca,
el que me prometiste,
el que más me provoca.
El que con tanto mimo
me abrió como una rosa,
Llegando desprevenido a mi cuello
como una mariposa,
aleteando sus alas
sobre mi vena aorta,
levantando oleadas
de dulzura quieta.
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