Mío, mío, mío.
Mi casa, mi teléfono, mi coche,
Sí, todo eso , es mío.
¿Mi padre, mi hermano, mi hijo?
¿Mi gata, mis amigos, mi marido?
No sé... ¿Tanta propiedad!
¿Es mío el aire que respiro?
¿Es mío el cuerpo en que vivo?
También yo soy: madre, hija, amiga.
También soy de alguien.
¿Es esto una propiedad compartida?
¿Me he confundido?
Me pierdo entre tanta propiedad.
No tengo tantos bolsillos.
Me gusta amar sin propiedad,
bajo libre compromiso.
Estás porque quieres estar
y compartimos el piso.
No pidas lo que no das
porque ya no somos niños.
yo no soy de tu propiedad
y tu no estás en mi bolsillo.
Mi amor, mi tiempo, mi olvido,
otra vez me he perdido.
¿Es la voz de este cuerpo?
o es ¿ un sonido?
No vayas detrás mío, no te puedo ver.
ResponderEliminarNo vayas delante mío, no te puedo alcanzar.
Camina junto a mi y, sé mi amigo.
Cariños
No pidas lo que no das
ResponderEliminarporque ya no somos niños.
Me ha encantado este poema , mio, mio, mio :)
Feliz fin de semana , te dejo un fuerte abrazo
Bueno, como veo que andas de mudanza, vine a saludarte. El poema, que me ha encantado es tan cierto, no lo había leído; así que, me llevo una buena impresión de tu nueva casa. Ya te enlacé al blog, así será más fácil.
ResponderEliminarQue tendencia tenemos los humanos de apropiarnos de todo y pretender ser dueños de todo. Qué buena reflexión.
Saludos, malagueña, que estás siempre de aciertos...